¿Quién soy?
Quién soy es una pregunta que me hago a diario, y mi respuesta es que soy todas las cosas que te ofrezco desde mi saber, desde mi sentir, y desde mi honestidad e impecabilidad personal.
Pero lo que tengo claro es que soy de Tierra.
Soy de Tierra es la evolución natural de Mujer Incómoda. Una mujer que denunciaba injusticias, que luchaba contra el patriarcado y el capitalismo que nos oprime desde hace tantos cientos y miles de años, que se ha borrado del inicio de la memoria colectiva de manera consciente.
Ahora mismo, yo, Mariam Cárcel, me dedico a denunciar lo mismo y a trabajar lo mismo pero desde el otro lado del espejo, sin lucha, pero sin dejar de hacer.
Sigo denunciando a través de crear y proponer alternativas, generar herramientas para que cada persona pueda ser un nuevo mundo que ofrecer al que ya tenemos y que está completamente obsoleto. Y esa denuncia creativa también forma parte de quién soy.
Por eso me he convertido en contadora de historias. La inspiración viene directamente de Madre Tierra y del Misterio.
Historias que igual fueron reales, pero no lo sabemos, y, como no lo sabemos, las cuento para que se hagan reales en el momento en que una sola persona las escucha.
Estoy completamente comprometida con el retorno a Madre Tierra
El retorno al origen de lo que realmente somos, hijos e hijas de Madre Tierra, y hermanos y hermanas entre nosotros, los humanos, y, también con todo lo vivo que nos rodea, con toda la Vida que nos rodea.
Cuento historias.
Para que la trama y la urdimbre del Gran Tejido que acoge a todo y a todos, tenga bellos dibujos, bellas historias.
Que eso sea el remiendo perfecto para dolores pasados y así, crear futuros llenos de belleza, abundancia y sobre todo conexión con nuestro origen: Madre Tierra.
Somos niños y niñas de las estrellas también, por eso, muchas de mis historias comienzan en alguna estrella o forman parte de ellas, porque no hay afuera, y eso, en un universo infinito nos provee de todas las posibilidades.
Mis historias, a veces, son de tradición oral, son cuentos para escuchar, otras están contadas por imágenes, y son como esos libros donde puedes ir eligiendo caminos y páginas diferentes para seguir la historia, cada imagen cuenta una cosa diferente a quién las mira, según sea esa persona, sienta o viva. Por eso creé los Cuentos de Madre Tierra.
Hay historias escritas, para que no se pierdan, pero todas, de alguna manera están conectadas con imágenes, con posibilidades, con pasados que pueden ser futuros luminosos.
Te invito a que mires mis diferentes historias, contadas en diferentes soportes, desde cuentos, hasta un Oráculo propio, con su libro de significados, y todo un programa de profundización.
Porque las historias nunca son simples “cuentos”, todas ellas esconden verdades, belleza, dolor, pero siempre magia, la magia del cambio, y poder, el poder personal de establecer esos cambios en nuestra vida para vivir en la belleza del paraíso del que nunca nos expulsaron. Jamás hemos dejado de vivir en Madre Tierra.
Y hay historias contadas por simples imágenes, que nunca son simples, porque los símbolos y las imágenes son el lenguaje del alma, ya dice un refrán; «vale más una imagen que mil palabras».
Las imágenes nos llevan al mundo de la conciencia y del espíritu, donde poder cambiar nuestras vidas, renegociar nuestros contratos del alma y tejer nuevos y luminosos futuros, no solo personales, también para toda la humanidad.
Hay momentos donde la energía, me habla hallá donde esté y la imagen surge en mi mente. Luego trasladarla al diseño digital puede tardar horas o días e incluso meses. De estas imágenes han nacido multitud de poemas, o quizá sea al contrario y primero nació el poema que inspiró cada imagen.
No me importa que fué antes, solo sigo el llamado del corazón, que me dice en cada momento por donde tengo que pisar, y también mi intuición que me avisa de los devíos. La acción hacia afuera, simplemente sucede, y yo tan solo me dejo llevar. Me entrego al proceso creativo.